¿Son las bacterias nitrificantes una alternativa real frente al Nitrógeno convencional?
Quizás alguno de vosotros ya se ha preguntado porqué los bosques tienen esos terrenos tan fértiles y un terreno tan suelto si nadie les ha arado antes ni nadie les ha aplicado fertilizantes. Pues sí, este es uno de los fundamentos que llevo a Fukoka (1913) a trasladar desarrollos naturales a la agricultura extensiva e intensiva copiando acciones y simbiosis que extraía de la naturaleza.
Uno de los temas más candentes en la agricultura actual es el uso del nitrógeno en los cultivos y su disminución utilizando bacterias nitrificantes que interactúan con el medio en la rizosfera. Si me preguntáis a mí, os diría que sin ninguna duda se trata de una de las tendencias más en auge de los últimos años, y que es posible llevarla a cabo con mucha técnica y algo también de tecnificación. Esta semana he estado en Bolonia (Italia) en un simposium en el que hablaban entre otras cosas de esta convivencia necesaria y de los resultados.
Dentro de este grupo de bacterias encontramos diferentes bacterias, se considera bacterias nitrificantes a todas aquellas que convierten el amoníaco en amonio, o el nitrito en nitrato como parte del ciclo del nitrógeno. Las bacterias nitrosomonas son convertidoras primarias de amonio en nitrito, tóxico para las plantas. Por su parte, las bacterias nitrobacter oxidan el nitrito para formar nitrato, ideal para ser utilizado y absorbido por las plantas.
Como primer punto debemos de tener en cuenta que todas las bacterias nitrificantes deben interactuar para conseguir nuestros objetivos agronómicos en cuanto a la aportación de nitrógeno, la convivencia de ambas bacterias nos dará la degradación completa hasta nitrato útil para la planta.
En este post nos centraremos exclusivamente en el primer escalón, la fijación del nitrógeno atmosférico por la planta -> amonio. Las bacterias fijadoras de nitrógeno, ocupan un nicho ecológico indispensable ya que suplen de nitrógeno fijado al ciclo global del nitrógeno. Gracias a este papel estas bacterias están presentes en virtualmente todos los ecosistemas, con representantes en ambientes tan variados como la superficie de los océanos (Tricodesmiun), los nódulos de las raíces de las plantas (Rhizobium), y en suelos aeróbicos como es el caso de Azotobacter.
Respecto a las bacteria Rhizobium, una vez establecida la simbiosis, se generan estructuras radicales denominadas nódulos, en las que se lleva a cabo la reducción del nitrógeno atmosférico para incorporarlo, mediante la acción de la enzima nitrogenada localizada en el interior del nódulo, en compuestos ricos en nitrógeno (glutamina, glutamato, aspartato, asparagina y ureidos, en algunas especies) los cuales serán utilizados por el metabolismo celular para satisfacer los requerimientos de los procesos fisiológicos de la planta. Se han llegado a hacer ensayos donde se demostraba que pueden fijar desde 50-400 Kg/N/Ha/Año o por ejemplo el Azotobacter entre 10-200 Kg/N/Ha/Año.
Esto no es algo nuevo, y está muy ligado a la rotación de cultivos que hacían nuestros padres y abuelos, "trigo tras trigo no trigo", donde se intercalan cultivos de leguminosas (por ejemplo), en algunos ensayos realizados se ha llegado a demostrar que un buen cultivo de veza puede llegar a acumular en la tierra hasta 80 kg de nitrógeno por Hectárea, lo que equivale a una aportación de alrededor de 400 kg de abonos minerales en forma de sulfato amónico o de 500 Kg en forma de nitratos de baja graduación. La veza común pertenece a la familia de las plantas leguminosas, y como todas las especies de esta familia, posee la extraordinaria facultad de fijar, con la ayuda bacterias fijadoras (Rhizobium), el nitrógeno de la atmósfera. Este nitrógeno primeramente es captado y fijado por las bacterias contenidas en las blanquecinas nudosidades de las raíces y luego transmitido a la planta. Muchas de las nudosidades se desprenden de las raíces, se descomponen y con su contenido enriquecen el suelo. En consecuencia, la raíz que queda en el suelo tras la recogida de la veza, también se descompone y aporta al suelo grandes cantidades de nitrógeno que contenía en sus nódulos.
[caption id="attachment_254" align="alignnone" width="883"] Azotobacter vinelandii[/caption]Una de las problemáticas que se tienen hoy en día para la acepatación globalizado del uso de estas bacterias es la dificultad para conseguir alinear todos los elementos que toman parte en el ciclo del nitrógeno, y la cantidad de de "bichitos" que hace falta por Ha para conseguir producciones en tiempo y en cantidad actual.
En el proceso químico conocido como nitrificación hay muchos aspectos importantes que determinan la eficiencia del proceso de simbiosis como la aireación, la humedad, temperatura, la salinidad , algunas sustancias químicias, la materia orgánica y el pH. Todos estos factores hacen que no siempre los resultados sean tan homogéneos y en consecuencia tenemos que tenerlo en cuenta a la hora de aplicar las bacterias.
Hoy por hoy las empresas tecnológicas han mostrado muchísimos avances en el desarrollo y estabilidad de los BIOFERTILIZANTES que contienen estos microorganismos ya interactuando entre ellos (no todos son compatibles entre sí), con materia orgánica y con microelementos que favorecen el proceso como por ejemplo el Mo.
Además de los agricultores en ecológico que no tienen acceso a fuentes de nitrógeno en ecológico más allá del nitrógeno orgánico proveniente de diferentes materias orgánicas, lo cierto es que el consumo y aplicación de este tipo de bacterias está creciendo exponencialmente ya que además de la fijación del nitrogeno aportan otros efectos colaterales que redundan en la producción .
- Producen fitohormonas como el ácido indolacético (que no indolbutirico) uxina (hormona vegetal) que actúa a nivel de los ápices.
- Al permaneces durante años en aquellos suelos ricos en materia orgánica no sólo no degradan el nitrógeno sino que contribuyen a su regeneración de forma gradual
- Se ha comprobado que utilizando estos microorganismos y con nitrogeno químico entre un porcentaje del 20-50% (dependiendo del cultivo) del utilizado normalmente se consigue un aumento de producción sobre las cosechas obtenidas únicamente con fertilizante químico al 100%. Esto es debido a que, al liberarse la bacteria de su función fijadora de nitrógeno, produce más factores de crecimiento vegetal. En cereales de secano, esto puede suponer el ahorro del abonado de cobertera.
- Dependiendo de los microorganismos dentro del biofertilizante se genera una barrera protectora contra hongos y patógenos en la raíz, por lo que esta crece más sana y fortalecida. Yo recomiendo la presencia de Bacillus megaterium.
- Producen enzimas que solubilizan los fosfatos y los hacen más accesibles para la planta.