Algunos extractos de plantas pasan a ser tratados como fitosanitarios

Algunos extractos de plantas pasan a ser tratados como fitosanitarios

preparado de plantas para agricultura ecológica
La presión del lobby de las multinacionales de agroquímicos ha conseguido tumbar la normativa que permitía el uso de extractos de plantas como fitofortificantes y que favorecía el uso y la búsqueda de alternativas a los productos químicos. La entrada en vigor del Real Decreto 951/2014, por el que se regula al comercialización de determinados medios de defensa fitosanitaria, ha introducido un importante cambio en la regulación de su comercialización. La Ley de Sanidad Vegetal 43/2002 englobaba los extractos de plantas dentro de los fitofortificantes, y la Orden APA/1470/2007, ahora derogada, regulaba la comunicación de comercialización de determinados medios de defensa fitosanitaria, entre los que se incluían los extractos de plantas.

Con esa estructura normativa, el único trámite requerido para comercializarlos era presentar una comunicación previa ante la autoridad competente de la Comunidad Autónoma, que la remitía junto con un informe al Ministerio de Agricultura. Esto supone pasar "de una regulación demasiado laxa a otra que en algunos casos resulta absurda, y que favorece la aparición de oligopolios", según fuentes del propio sector. Así, los extractos de plantas utilizados como fitofortificantes pasan ahora a recibir el tratamiento de fitosanitarios, al quedar sujetos al Reglamento 1107/2009 de la Unión Europea relativo a la comercialización de productos fitosanitarios. La ortiga y el glifosato pasan así, al menos por el momento, a recibir el mismo tratamiento.

De acuerdo con su nueva consideración como fitosanitarios, los extractos hasta ahora catalogados como fitofortificantes deberán ser registrados para poder continuar con su comercialización. En la práctica, tanto la presentación de la documentación como el proceso de inscripción de nuevos productos en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, conlleva unos costes económicos que lo hacen inviable para los pequeños y medianos productores.

Ortiga y glifosato pasan a recibir el mismo tratamiento
Dentro del Reglamento 1107/2009 de la UE se contemplan dos categorías en las que podrían enmarcarse parte de estos extractos utilizados como fitofortificantes: las sustancias básicas y las sustancias de bajo riesgo. Por el momento, tres han sido incluidas como sustancias básicas: la cola de caballo, la sacarosa y el quitosano. Las diferencias de tratamiento que reciben radican en que la aprobación de estas sustancias se concede por tiempo ilimitado, y el uso de productos que contengan exclusivamente una o varias sustancias básicas no requiere autorización del Estado en que vaya a hacerse. Así, el uso o comercialización de cola de caballo no requeriría de autorización, pero si a esa sustancia básica se le mezcla con otra sustancia (por ejemplo, con ortiga) o se le añade un estabilizante o un conservante dejaría de tener dicha consideración, y tendría que registrarse como fitosanitario. En el Reglamento se contemplan también los productos de bajo riesgo, integrados exclusivamente por sustancias de bajo riesgo. El proceso de registro de estos productos sería algo menos arduo que el de otros fitosanitarios pero por el momento, al ser una categoría de reciente creación, ninguna sustancia se ha incluido dentro de ella.

Por el contrario, en Francia el pasado año el Senado tuvo en cuenta las enmiendas de la Asociación para la promoción de productos naturales poco preocupantes (ASPRO-PNPP) y facilitó que las sustancias que actúan sobre plagas y enfermedades y están autorizadas para otros usos (por ejemplo, alimenticios o de salud humana o animal) se acojan a ese proceso simplificado que contempla la normativa comunitaria. El que esta posibilidad se concrete en la práctica dependerá de la forma en que se diseñen los procedimientos y de lo restrictiva que sea la lista de productos poco preocupantes que se admitan dentro del grupo de los bioestimulantes. También existe la posibilidad, según fuentes del sector, de que esta categoría de bioestimulantes se incluya dentro de la nueva normativa europea de fertilizantes.

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